Recientemente un brote de gastroenterocolitis azotó a la localidad bonaerense de Berazategui. Ante los 400 casos de personas con esa enfermedad, las autoridades del municipio y de la provincia decidieron suspender las clases en 56 colegios de la zona para poder desinfectar la zona.
Pero se esconde una realidad. En la costa de ese partido, existe una gran mancha sobre el Río de la Plata de más de un kilómetro y medio de ancho, y esto es el producto de arrojar diariamente al río casi un millón de metros cúbicos de desechos cloacales, con un tratamiento primario y muchas veces sin ningún tipo de tratamiento previo. A esto se agrega los efluentes industriales que conducen los arroyos de la región que desaguan en el río.
La falta de educación agrava más esta situación, dado que aunque está prohibido, muchas personas se bañan en el río y hay barcazas que se internan a pescar en la zona cercana a la mancha lo que produce un riesgo sanitario permanente. Entre los habitantes ribereños, dos de cada cuatro camas ocupadas en los hospitales públicos, son por enfermedades ocasionadas por el agua, y la cifra va en aumento.