“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.
John C. Maxwell

INTI. Ensayo para obtener combustible de los desechos de caña de azúcar.

El primer ensayo a escala industrial para obtener combustible a partir de desechos de la caña de azúcar fue realizado por especialistas de la Red de Biomasa del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), según los cuales el procedimiento «puede ser una solución energética, ambiental y productiva para el norte argentino. La aplicación de esos residuos como combustible estandarizado (pellets) «puede dar una mayor confiabilidad y diversificar el consumo hacia la media y baja escala, incluso para aplicaciones domésticas en reemplazo del gas licuado de petróleo y el gas natural». «Es una alternativa no sólo para darle valor agregado y diversificar la actividad cañera, sino para suplir la demanda energética creciente en todo el país».

El INTI destacó que el cultivo de la caña de azúcar es la base de la economía regional en el noroeste argentino, con 365.000 hectáreas cultivadas, 45.000 puestos de trabajo directos y una producción anual de 20 millones de toneladas por molienda. Las pruebas se realizaron con máquinas disponibles en el mercado, lo que permitió reunir pautas técnico-económicas para diseñar en el corto plazo un modelo de negocios rentable, con miras al desarrollo de «un nuevo biocombustible para aplicaciones industriales de alcance regional, que cumpla con los estándares mínimos de calidad para su uso en equipos de combustión». El ensayo se implementó a partir de la articulación entre el municipio tucumano de Simoca, productores cañeros, una empresa fabricante de máquinas pelletizadoras y el INTI, a través de los centros de Tucumán y de Energías Renovables. Si bien estudios estadísticos acuerdan sobre el potencial de estos residuos azucareros, las tecnologías para su aprovechamiento aún no han sido validadas por la propia industria azucarera, y el único antecedente es el uso parcial en su estado natural en calderas bagaceras de ingenios.

Fuente  INTI; Télam