Rige desde el primero de septiembre de 2016 en la Unión Europea (UE) la prohibición de vender lamparas halógenas. Este paso es un paso más para tratar de reducir al máximo la cantidad de electricidad que se consume cada vez que cualquiera de nosotros pulsa un interruptor. La estrategia pasa por promover el uso de las lamparas LED en detrimento de las halógenas. Las lamparas LED hicieron su entrada en los mercados como una innovación tecnológica con la ventaja de ser más durables que las lamparas halógenas, con una vida útil de media de entre 15 y 20 años de uso, y de abaratar la factura eléctrica de sus usuarios. Un foco típico halógeno cuesta 1,76 euros respecto a los 5,86 euros de un LED de alta calidad y regulable con la misma luminosidad. Las lamparas incandescentes que Thomas Alva Edison perfeccionó, ya fue prohibida su venta hace cuatro años. La medida responde a la prohibición de la Comisión Europea, que potencia las lámparas LED por eficiencia energética y durabilidad

Las lámparas LED usan la misma rosca E27 que las halógenas y las incandescentes.
Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/industria-halogenos-centrada-tecnologias-eficientes_0_551195143.html