“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.
John C. Maxwell

Los ‘refugiados climáticos’ chinos: la nube tóxica afecta a 460 millones de personas.

Miles de «refugiados climáticos » han huido de la  contaminación que azota al norte de China desde que el país fue alcanzado por un «apocalipsis del aire» que forzó a casi quinientos millones de personas a vivir bajo un manto de gases tóxicos. Una gran parte del norte y del centro de China ha estado viviendo con  alerta roja por contaminación desde el viernes 16 de diciembre de 2016 cuando un peligroso cóctel de contaminantes transformó el cielo en una neblina de tintes amarillos y negros. Según Greenpeace, la catástrofe afecta a una población equivalente a la de EEUU, Canadá y México juntos: unas 460 millones de personas respirando altos niveles de gases tóxicos o contaminantes peligrosos para la salud. 

Una imagen tomada desde la provincia de Henan se difundió por las redes sociales. Mostraba a más de 400 estudiantes haciendo un examen en un campo de fútbol después de que su escuela se viera obligada a cerrar.

Según los informes de la prensa china, los vuelos hacia las regiones libres de contaminación se llenan sin cesar.  

Greenpeace comenzó a alertar que se produciría una crisis de contaminación. Se dieron cuenta porque el gobierno estaba incentivando industrias altamente contaminantes como la del cemento y la del acero. «Gran parte de lo que pasó tiene que ver con la subida del precio del acero derivada de la enorme cantidad de proyectos de construcción que el gobierno lanzó con el fin de estimular a la economía». Muchos productores de acero pequeños y mal regulados sintieron que «llegaba la racha». El aumento de su producción provocó un aumento de las emisiones que ahora estaban oscureciendo el cielo del norte de China. Lo más probable es que el uso del carbón y la contaminación caigan en los próximos tres o cinco años, cuando se tomen medidas urgentes para reestructurar la economía y conservar el medio ambiente. Por ahora, el exilio temporario o permanente ha sido la única opción para muchos. Mientras la gente sigue pensando en cómo salir, las empresas se quejan de lo difícil que es conseguir empleados calificados. «Nadie quiere vivir en lugares con tanta contaminación ambiental».

Fuente: El diario (España),  South China Morning ,  China Daily , Greenpeace