La Auditoría General de la Nación recomendó afectar recursos materiales y humanos suficientes para la conservación del Acuífero Guaraní.
El Acuífero Guaraní es un gigantesco reservorio natural casi en su totalidad subterráneo de agua dulce que se extiende por debajo de la superficie de parte de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Le puede dar de tomar agua dulce a todo el planeta por doscientos años. El agua subterránea es cada vez más usada para el consumo humano, porque el agua superficial es escasa o está sujeta a los regímenes de lluvias y no hay un control adecuado del uso de las aguas subterráneas, que además aparecen con grados de contaminación no sólo por su uso en materia industrial, minera, efluentes cloacales no tratados y demás, sino también por los propios agroquímicos. Existe un acuerdo sobre el Acuífero Guaraní suscripto entre las cancillerías de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, en San Juan el 2 de Agosto de 2010. Pero solamente Argentina y Uruguay han incorporado dicho acuerdo a su derecho interno, al ser aprobado por leyes; falta la ratificación de los demás países. En Argentina, no funciona una ley de presupuestos mínimos orientada a la gestión integral de agua; los principios rectores de política hídrica no han sido establecidos mediante ley y no son implementados por la autoridad hídrica nacional. Escasez de recursos económicos afectados al tema y un marco normativo deficiente y la no reglamentación de normas de presupuestos mínimos en materia hídrica, son algunas de las observaciones formuladas por la AGN en cuanto a los instrumentos regionales vinculados al agua subterránea. El entonces Presidente de la AGN, Leandro Despouy, señaló que “no había ninguna autoridad que supervisara, analizara, estudiara y evaluara el desarrollo y la preservación de este Acuífero”. (Período auditado 2011- 2013).
Fuente AGN.