“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.
John C. Maxwell

Los alimentos que pueden desaparecer por el cambio climático.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se prevé que un tercio de la biodiversidad podría extinguirse en 2050. Los cambios en los patrones de la temperatura y precipitación podrían tener un impacto devastador en nuestra alimentación. Según el Instituto del Clima de Australia, el cambio climático está reduciendo las zonas del mundo adecuadas para producir alimentos, y se vería disminuida y hasta podría desaparecer la producción de manzanas, naranjas, papas, cacao, café, maní y muchos más? Esta es una de las preguntas que los científicos están buscando responder. Así como en la fauna ya hay especies en extinción, la flora iría hacia el mismo camino. Investigadores californianos llevaron a cabo un estudio en el que analizaron cuánto podía reducirse la producción de seis productos agrícolas muy populares si el clima seguía cambiando: las uvas para vino, las uvas de mesa, las almendras, las nueces, las naranjas y los aguacates. Las conclusiones eran que a mediados de siglo 21, la producción podría haberse reducido un 40%. Algunos árboles frutales, como los manzanos, necesitan un periodo de frío en invierno para producir cosechas económicamente viables, algo que,  se está viendo afectado a medida que se suavizan los inviernos. La producción de cerveza podría reducirse, y de hecho ya se está viendo afectada por el cambio climático según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, que advierte de que la producción de lúpulo se está viendo afectada por temperaturas más cálidas y secas de lo habitual, algo a lo que los agricultores ya se están adaptando en algunos lugares con sistemas de riego que antes no necesitaban o empleaban en contadas ocasiones. Aunque lo consideramos un fruto seco, de hecho el maní es una legumbre, y las alteraciones del clima pueden alterar también su producción. Son cultivos exigentes, que requieren unos cinco meses de calidez y entre 50 y 100 centímetros de agua, pero el agua debe haberse secado antes de la cosecha, o será difícil recolectar los cacahuetes que se encuentran bajo tierra. Si en cambio el agua se seca demasiado pronto y hace calor, aparece un tipo de hongo que crea moho tóxico y puede resultar peligroso si se consume.

Fuente: OEI