En Suecia ya reemplazan las etiquetas pegadas en frutas y verduras por marcas hechas con láser. La medida escucha la demanda de los consumidores suecos –y europeos en general– de reducir la cantidad de plástico. Pero además, la tecnología láser también genera menos del 1% de las emisiones de carbono necesarias para producir un adhesivo de tamaño similar. Cambiar de plástico a cartón es una ventaja, pero «vender productos orgánicos sueltos es aún mejor». Esta es una solución que marca permanentemente la piel del producto, así que también evita el problema de las etiquetas que se caigan y no se pueda adulterar la fecha de vencimiento del producto.