“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.
John C. Maxwell

Agrotóxicos. Los neonicotinoides están matando a las abejas.

Dos estudios publicados en ‘Science’ muestran la peligrosidad de un producto químico que sigue siendo legal en casi todo el mundo. Según los datos conseguidos en diversas pruebas de campo, la exposición continuada a los agrotóxicos que contienen neonicotinoides -o a cultivos expuestos a estas substancias- afecta negativamente a las abejas. En los estudios de campo  realizados por investigadores de Europa y Canadá afirman que las abejas -especialmente la abeja doméstica o melifera que estén expuestas directa o indirectamente a alguno de los insecticidas que contienen neonicotinoides padecen efectos adversos graves que van desde la reducción en el éxito reproductivo, la desorientación y la muerte por daños neuronales. Incluso en dosis bajas se observan efectos adversos para la salud de estos insectos polinizadores. En el síndrome del colapso de las colmenas, una de estas causas son este tipo concreto de agrotoxicos. El equipo de Ben Alex Woodcock ha trabajado en cultivos de colza oleaginosa tratados con neonicotinoides en Alemania, Hungría y el Reino Unido; recopilando datos sobre el impacto en tres especies de abejas. Los resultados indican que estos productos químicos contribuyeron negativamente a las poblaciones locales de todo tipo de abejas, con variación en función del contexto ambiental. En los tres países, sin embargo, el aumento del residuo neonicotinoide en los nidos de abeja se asoció a un menor éxito reproductivo. Datos adversos muy parecidos han sido observados en campos de maíz de Canadá tratados con neonicotinoides. En el segundo estudio publicado, Nadejda Tsvetkov y su equipo descubrieron que las abejas obreras expuestas a neonicotinoides mostraban una expectativa de vida inferior y sus colonias tenían mayores probabilidades de perder reinas de forma permanente. El efecto se multiplica con los fungicidas

El Dr. Atilio Enrique Díaz Jaén, abogado, perito apicultor (S.A.D.A) y docente de la materia «Derecho de los Recursos Naturales y Protección al Medio Ambiente» nos dice que «la relación entre la abeja y el hombre, data hacia el año 6000AC. La Biblia hace referencia en el antiguo testamento a la abeja y a los panales 68 veces, donde es común la frase «…una tierra que emana leche y miel…símbolo de abundancia y prosperidad valorado por el hombre en todo los tiempos. Las abejas son los diligentes polinizadores de las frutas y cultivos, que representan un tercio de la producción de los alimentos que consumimos».

La Comisión Europea propuso una prohibición casi total de este tipo de insecticidas. Ahora la prohibición es temporal y se basa en una evaluación realizada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en la que se ha concluido que las abejas podrían verse perjudicadas no sólo a través del cultivo tratado, sino también a través de residuos que persisten en los campos.

Fuente Revista  «Sciencie»; La Vanguardia; Ser;